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Magdalena del mar: vivir bien, invertir mejor

  • Foto del escritor: Avenir GI
    Avenir GI
  • 11 nov
  • 2 Min. de lectura

Magdalena del Mar se ha convertido en uno de los distritos más atractivos para vivir e invertir en Lima.

Su ubicación privilegiada, entre San Isidro, Miraflores y Jesús María, ofrece una combinación perfecta de conectividad, tranquilidad y estilo de vida.


Vivir en Magdalena significa tener todo cerca: avenidas principales como Brasil, Javier Prado y La Marina facilitan el acceso a cualquier punto de la ciudad, mientras que su cercanía al malecón y al Mercado Central de Magdalena permite disfrutar tanto del movimiento urbano como del encanto de barrio tradicional.


Aquí se puede salir a caminar, hacer compras frescas cada mañana o disfrutar una tarde junto al mar.

Magdalena tiene ese equilibrio que muchos buscan: la energía de la ciudad con la calidez de una vida barrial auténtica.


En los últimos años, el distrito ha crecido de forma sostenida. La llegada de nuevos proyectos residenciales, la renovación de sus calles y el incremento del valor de sus propiedades lo posicionan como una zona de alta proyección inmobiliaria.

Invertir en Magdalena hoy es asegurar una vida conectada, moderna y con excelente valorización futura.


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TINTO: el color de la vida en Magdalena


En medio de este entorno lleno de movimiento y tradición, Avenir presenta TINTO, un proyecto inspirado en el color y en el vino: símbolos de intensidad, calidez y buen gusto.


Vivir en TINTO es disfrutar de cada día como una buena copa: con calma, con placer y con significado.

Su diseño contemporáneo, los espacios bien iluminados y las áreas comunes pensadas para compartir crean un ambiente moderno y acogedor.


Ubicado en una zona céntrica de Magdalena, cerca del Mercado Central, parques, cafés y restaurantes, TINTO te permite vivir la ciudad sin perder la tranquilidad que hace de este distrito un lugar especial.


Más que un edificio, TINTO es una experiencia.

Una forma de vida que combina estilo, conexión y autenticidad.

Porque así como el vino se disfruta mejor con el tiempo, vivir en TINTO es una experiencia que se saborea día a día.


Respira. Siente. Vive TINTO.




 
 
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